La “histérica” y “convulsiva” reacción de Occidente a la visita del presidente ruso, Vladímir Putin, a la República Popular Democrática de Corea se debe, en parte, al “odio inhumano” e “histórico” que Estados Unidos siente hacia el país asiático, según ha afirmado la portavoz del Ministerio de Exteriores de Rusia, María Zajárova.