Las feministas francesas critican el nombramiento como ministro de Interior de Gérald Darmanin, investigado en un caso de presunta violación
“Ministerio de la violación”, “Gobernados por la cultura de la violación” o “Un violador en Interior”, rezaban los carteles que el grupo Collages Féminicides Paris pegó esta semana en varias fachadas de la capital francesa para protestar por el nombramiento el lunes de Gérald Darmanin como ministro de Interior.
Darmanin, que está siendo investigado por la Justicia francesa por presunta violación, niega las acusaciones. “Tengo derecho a la presunción de inocencia”, recordó este jueves el ministro en una entrevista con la cadena de televisión RTL.
El responsable de Interior, de 37 años, se mostró, no obstante, “a disposición de los jueces”, a pesar de que, según él, no tiene “evidentemente nada” que reprocharse.
“Simplemente constato que ha habido tres decisiones judiciales: dos investigaciones preliminares desestimadas y un sobreseimiento por dos jueces de instrucción. Ha habido tres decisiones de la justicia en tres años que me han sido favorables”, recordó Darmanin, quien antes de ser nombrado ministro de Interior era responsable de Hacienda.
“Es una situación que no es fácil de vivir para aquellos que son acusados injustamente. Pero camino con la cabeza alta”, añadió el responsable de Interior. Hasta ahora, Darmanin no ha sido ni juzgado ni condenado por ese caso.
El nuevo primer ministro francés, Jean Castex, dijo el miércoles que asume la responsabilidad total del nombramiento de Darmanin como ministro de Interior. “Él, como todos, tiene derecho a la presunción de inocencia”, señaló también Castex.
La promoción de Darmanin a ministro del Interior ha sorprendido a muchos en Francia por el hecho de que esté siendo investigado en un caso de presunta violación.
Para el Palacio del Elíseo la investigación abierta contra Darmanin “no es un obstáculo” para su nombramiento como ministro de Interior, según la prensa francesa.
INDIGNACIÓN ENTRE LAS FEMINISTAS FRANCESAS
Las feministas francesas se han mostrado indignadas por su ascenso en plena era #MeToo. Recuerdan que el presidente Emmanuel Macron decidió en 2017 hacer de la igualdad de género y de la lucha contra la violencia contra las mujeres la gran causa de su presidencia.
“Darmamin, dimisión” y “Darmanin, violador”, gritaron el martes en París un grupo de activistas feministas durante una protesta contra su nombramiento, coincidiendo con la ceremonia de traspaso de poderes en el ministerio.
Los grupos feministas se preguntan cuál es el mensaje que el Gobierno de Castex quiere mandar a las mujeres víctimas de violación, de abusos sexuales o de violencia doméstica con el nombramiento de un presunto violador al frente del ministerio que está a cargo de la policía que debe protegerlas.
Ségolène Royal, ex candidata socialista a las elecciones presidenciales de 2006, consideró que esta denuncia por violación es “un problema” para su nombramiento como ministro.
“Para saber si es un problema o no hay que hacerse una pregunta: ¿una investigación judicial contra un ministro por empleo ficticio hubiera impedido su nominación? Es evidente. Por lo tanto, una violación es visiblemente menos grave”, se lamentó Royal, ex pareja del presidente François Hollande, en la cadena de televisión RMC.
UNA PRESUNTA VIOLACIÓN EN 2009
La justicia francesa reabrió el pasado 11 de junio una investigación contra Darmanin por un presunto delito de violación que supuestamente ocurrió hace 11 años, al inicio de su carrera política.
La francesa Sophie Patterson-Spatz, de 46 años, acusó en 2017 a Darmanin de violación, acoso sexual y abuso de confianza. Los hechos habrían ocurrido en 2009 cuando Darmanin trabajaba en el servicio de asuntos jurídicos de la Unión por un Movimiento Popular (UMP), el partido de Nicolas Sarkozy.
La mujer contactó a Darmanin porque quería le ayudara a anular una condena de 2004 por chantaje y llamadas maliciosas a su ex pareja. Según ella, el ministro habría aceptado ayudarla a cambio de que mantuviera relaciones sexuales con él. Darmanin, que demandó a la mujer por calumnias después de que ésta le acusara de violación, sostiene que la relación fue consensual y que ella tomó la iniciativa.