Se trata de la aerolínea surcoreana Korean Air. En cada puerta de embarque habrá balanzas a las que los pasajeros tendrán que subirse junto con sus pertenencias.
Funcionarios de la aerolínea aseguran que los datos que se obtengan serán anónimos y serán tomados en cuenta para distribuir el peso en el avión y garantizar la seguridad del vuelo