El conflicto desatado por el Sindicato Obreros Marítimos Unidos (SOMU) con un paro general y el bloqueo de las plantas procesadoras de Puerto Madryn, Puerto Deseado y Caleta Olivia, ponen en riesgo la temporada de pesca del langostino congelado, lo que implicaría el quiebre de empresas pesqueras y la pérdida para el país de unos 500 millones de dólares por la imposibilidad de exportar el langostino, tal como advirtieron las entidades empresarias.
La Cámara de Armadores Pesqueros y Congeladores de la Argentina (CAPeCA.), el Consejo de Empresas Pesqueras Argentinas (CEPA) y la Cámara Argentina Patagónica de Industrias Pesqueras (CAPIP) emitieron un comunicado en donde “repudiaron” la actitud del SOMU e instaron a retomar el diálogo para buscar una salida viable. El paro general fue lanzado por el SOMU el lunes 6 de julio, en medio de las negociaciones con las empresas. “Como las otras actividades pesqueras no acataron el paro, no tuvieron mejor idea que bloquear las plantas procesadoras”, contaron fuentes del sector pesquero.
“La respuesta a la situación del langostino debe ser más diálogo, una mayor responsabilidad y compromiso, y no actitudes que intentan promover el caos social, desabastecimiento y alimento que se desperdicia. Ya se bloquearon 34 camiones, 500.000 kilos de langostino que debieron tirarse a la basura”, afirmaron las empresas.
En la actualidad, para calcular los sueldos de los trabajadores del barco pesquero congelador de langostino, se utiliza el precio firmado en un acuerdo que data de 2006, en el que el precio internacional del kilo de langostino exportado era de 10 dólares. Sin embargo, en los últimos 3 años, aumentó la pesca de langostino, y se introdujo al mercado internacional la variedad de cultivo, lo que hizo disminuir el precio a 4,70 dólares. Las cámaras explicaron que lo que se pretende discutir es que la liquidación de los sueldos “sea a un valor del langostino más en sintonía a los precios del mercado internacional, y no a valores de hace 14 años”.
“La realidad es que en marzo las empresas del sector iniciamos el diálogo con el sindicato para explicarles que debíamos revisar el precio de referencia porque para las empresas seguir con el valor de 10 dólares es un precio de quebranto, pero de manera unilateral cerraron el diálogo y fueron al conflicto”, explicó Eduardo Román, gerente de CAPeCA en diálogo con Ámbito. Según las estimaciones de las cámaras del sector, salir a pescar en estas condiciones implica una pérdida de 1.271 dólares por tonelada por lo que “las empresas corren riesgo de quebrar y de tener que bajar sus persianas, y los trabajadores de perder sus puestos de trabajo”.
Por su parte, Fernando Álvarez, Presidente de CONARPESA (Continental Armadores de Pesca S.A.), contó a Ámbito que “veníamos hablando vía Zoom con el Ministerio de Trabajo que nos pidió a ambas partes analizar una propuesta. Eso fue un viernes, y al lunes siguiente -6 de julio- la respuesta del SOMU fue decretar un paro general”.
“En un país en el que todo el mundo la está pasando mal, estos señores (por el SOMU) provocan la pérdida de alimento y la pérdida de la temporada de pesca”, agregó Álvarez.
Puntualmente, la temporada de langostino se inició el 18 de junio, y se extiende hasta mitad de octubre. En la actualidad, hay 100 barcos congeladores langostineros parados que emplean a unos 3.000 trabajadores. En esta modalidad de pesca, los barcos son verdaderas fábricas flotantes, ya que procesan los langostinos a bordo, y los congelan listos para exportar. En promedio, un barco tiene una capacidad de pesca de “tres mareas”, descarga en puerto y “cada 8 días está rebotando en el muelle” para seguir con la pesca.
En este período, un trabajador gana en promedio entre $350 mil y $500 mil por mes, con una liquidación salarial que está atada al precio internacional dolarizado del langostino congelado. “Les estamos proponiendo abrir una ventana y si el valor del langostino vuelve a un valor de referencia más alto, volver a sentarnos para discutir los precios”, explicó Román. “Es mentira que un nuevo acuerdo implique una baja del sueldo, es más, estarían ganando entre un 5% y 10% más en pesos que el año pasado”, enfatizó el directivo de CAPeCA.
A la caída del precio internacional del langostino congelado, ahora se suma una retracción de los mercados internacionales por el Covid-19 a la caída de los precios, por lo que la situación de las empresas es aún más acuciante si no se aprovecha a pleno la temporada de pesca del langostino. “En un sistema de liquidación en donde buena parte va a seguir dolarizada, también es mentiras que las empresas queremos pesificar los sueldos”, sostuvo Román y advirtió que “tiene que haber una mesa de diálogo, se está perdiendo la temporada de pesca, y lo que ya se perdió no se recupera”.
En la misma línea, Álvarez analizó que, “con el valor que exige el SOMU, nosotros que somos grandes productores perderíamos 500 millones de pesos, es algo inviable, no hay manera de sostener la actividad de la empresa con esos valores. Así y todo, con la propuesta que estamos llevando adelante con las cámaras empresarias, perderíamos 170 millones que es lo hoy se pierde por estar inactivos por el paro y el bloqueo”.
Con una flota de 22 buques pesqueros, CONARPESA emplea a 1.300 personas entre los marinos embarcados, quienes trabajan en las plantas procesadoras de tierra y los empleados administrativos. Con 25 años como presidente de la empresa, Álvarez relató a Ámbito que “nunca en estos años, y mirá que mi capacidad de asombro es grande, nunca vi una postura tan irracional, nunca vi algo así, que le impidan el paso a los camiones y que se eche a perder la pesca”.
Las cámaras quieren retomar la mesa de diálogo y reflotar la propuesta que hicieron ante el Ministerio de Trabajo, pero que también se sumen los gobernadores de Chubut, Santa Cruz, y Buenos Aires, las tres provincias afectadas por la intransigencia del SOMU. “Acá no gana nadie, pierden los trabajadores, las empresas y el Estado”, remarcó Román.